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Ferrari (2023) | Transcripción

Ferrari, un drama deportivo biográfico estadounidense del 2023 dirigido por Michael Mann y escrito por Troy Kennedy Martin, se basa en la biografía de Enzo Ferrari escrita por Brock Yates en 1991
Ferrari (2023)

Ferrari, un drama deportivo biográfico estadounidense del 2023 dirigido por Michael Mann y escrito por Troy Kennedy Martin, se basa en la biografía de Enzo Ferrari escrita por Brock Yates en 1991. La película retrata la compleja vida personal y profesional del fundador de la famosa marca de autos, durante el crucial verano de 1957. Protagonizada por Adam Driver, con actuaciones destacadas de Penélope Cruz, Shailene Woodley y otros, se estrenó en la 80ª edición del Festival Internacional de Cine de Venecia y luego fue lanzada en cines en EE.UU. por Neon el 25 de diciembre de 2023. Aclamada por la crítica, recaudó 36 millones de dólares a nivel mundial y fue reconocida como una de las mejores películas del 2023 por el National Board of Review.

Resumen de la trama: Durante el verano de 1957, Enzo Ferrari, el célebre empresario italiano, prepara a su equipo para la Mille Miglia, una exigente carrera de resistencia de mil millas. Entre conflictos personales y empresariales, Ferrari y su esposa, Laura, aún lloran la pérdida de su único hijo, Dino, fallecido un año antes. Mientras oculta su infidelidad a Laura, Enzo se ve presionado por su amante, Lina Lardi, para que reconozca a su hijo, Piero, con el apellido Ferrari, ya que se acerca su confirmación.

Al mismo tiempo, la empresa de Ferrari enfrenta problemas financieros, a pesar del innovador desarrollo de su coche de Fórmula Uno. La única solución parece ser una fusión, pero se complica porque Laura posee la mitad de las acciones de Ferrari. Para llevar a cabo la fusión, Enzo debe convencer a Laura de cederle sus acciones. Al descubrir la aventura de Enzo y la existencia de Piero, una traicionada Laura exige un cheque de 500,000 dólares, poniendo en riesgo la solvencia de la empresa. Confiando en la discreción de Laura, Enzo accede.

En la Mille Miglia en Brescia, Ferrari motiva a sus pilotos para superar a sus rivales. Trágicamente, Alfonso de Portago, un nuevo miembro del equipo, decide no cambiar los neumáticos en Roma para mantener la delantera, lo que conduce a un fatal accidente que cobra su vida, la de su copiloto y nueve espectadores. A pesar de que Taruffi, otro piloto de Ferrari, gana la carrera, los medios culpan a Ferrari por la muerte de de Portago. Laura usa el cheque para silenciar a la prensa y le cede sus acciones a Enzo, con la condición de que Piero no lleve el apellido Ferrari hasta después de su muerte. Enzo acepta y más tarde lleva a Piero a visitar la tumba de su medio hermano.

* * *

Ferrari (2023
Transcripción de la película

EL EXPILOTO ENZO FERRARI Y SU ESPOSA LAURA

CREARON AUTO COSTRUZIONI FERRARI

EN LAS RUINAS DE LA ITALIA DE POSGUERRA EN 1947

¿Sí?

Por favor, dígale al Sr. Ferrari

que Jean Behra, el piloto de Maserati, acaba de llegar de Milán.

Gracias.

Gracias, maravillosa y atenta señora.

¿Sí?

Laura, soy Chiti. ¿Está él ahí?

Está duchándose.

Dale un mensaje, por favor. Jean Behra llegó a la ciudad.

¿Cómo está?

¿Signor Ferrari?

¡Signor Ferrari!

¿Puedo presentarme?

Soy Alfonso de Portago.

Vaya.

Es Ferrari.

Buenos días, Enzo. Tus amigos volvieron.

Ojalá que esta vez vengan afinados.

Más que sus autos en Mónaco la semana pasada.

Enzo, tenemos que hablar.

¿Es tan grave?

Luego voy a verte.

Sí.

Llegó Behra. Los Orsi fueron por él a la estación.

¿Te informó la signora?

Dicen que intentará romper nuestro récord.

¿El 801 está listo?

Después de la misa de las 9:00 a. m.

Llamaré a Castellotti.

Llegó Behra.

¿En serio?

Llamaron tanto que pensé que era Frank Sinatra.

Hotel Medici, Florencia.

¿Qué les digo?

“Disculpe, no está mi marido. Salió con las putas. Grazie, buongiorno”.

Con el Sr. Castellotti.

Enzo.

No me importa con quién te acuestes ni con cuántas,

pero regresa antes de que la sirvienta traiga el café por la mañana.

En eso quedamos, ¿no?

Laura, por favor.

Buongiorno, signora, commendatore.

¿Hola?

Eugenio, muchacho.

Commendatore.

¿Puedes ir al autódromo de Módena a las 11:00?

Lleva tus guantes de la suerte.

¿Cuáles?

Los que usarás para vencer a Behra, que vino por el récord.

Ahí estaré.

Bien.

¿Es todo, signora?

Es todo.

Laura, el auto se descompuso.

¿Qué sucede?

La honorable signora quiere matar al commendatore.

Buongiorno, Peppino. Lo dejé vivir.

Esa pistola es para tu protección.

Y habla con Cuoghi. Vas a quebrar.

Sabía que pasaría.

Le diste un arma y la usó.

Ella lleva la nómina de la fábrica en su bolso.

Yo le daría armas a Alemania antes que a esa mujer.

Peppino las llevará a Laura y a ti al cementerio.

Ve a la misa de los trabajadores o pagarás más impuestos el año próximo.

No pelees con Laura.

Buenos días.

No hay heridos, no hagas escándalo.

¿Qué?

¿Qué dije?

Buenos días, commendatore.

Buenos días.

¿Sabes quién iba en ese auto?

Jean Behra.

No entres en pánico, Matteo.

Si rompen el récord, lo recobraremos.

¿Cómo le fue al equipo de fútbol?

Lo sabes bien. Perdimos.

Ha sido una gran racha de desastres.

¿Desde cuándo lo diriges?

¿Y Le Mans? Jaguar uno, dos y tres. ¿Qué pasó?

Yo aprendo de mis errores, pero tú repites los tuyos semana tras semana.

Ojalá ganes contra Bolonia o tendré que reubicar la fábrica para que a los pilotos no les deprima vivir en una ciudad donde el equipo de fútbol reside en el limbo perpetuo del fracaso.

El equipo de Módena es el orgullo de Emilia.

Cuoghi quiere verme.

O sea, malas noticias.

Tu madre falló a propósito.

Un día no fallará y terminaré aquí contigo.

Otra vez oigo voces mientras duermo.

De mi hermano.

Y de mi padre.

No. También veo sus rostros.

Además, ahora también veo a Campari y a Borzacchini, mis amigos que murieron el mismo día esta semana hace 24 años en Monza en esa tarde funesta.

Fantasmas.

Hace tiempo amé a tu madre…

más de lo razonable.

Pero ella era diferente.

Y yo también.

A ti también te veo.

Cada vez que cierro los ojos.

Tu cara sí la quiero ver.

Bien.

Bien.

Voy a enfrentar el día.

¿Te hablé de mi hijo Alfredo, el hermano mayor de Enzo?

Muchas veces, signora.

Qué tragedia.

Lo perdí en la Gran Guerra.

Sí, signora.

¿Sabes algo?

El hijo equivocado murió.

Si Jesús hubiera vivido hoy y no hace dos mil años, habría nacido en una ciudad pequeña como Módena.

No habría sido carpintero, sino trabajador del metal como ustedes.

Así que Dios, que entendió, como carpintero, la perfección de la azuela, aprecia, como ingeniero, la precisión de su torno.

La naturaleza del metal.

Cómo puede forjarse, moldearse y martillarse con sus habilidades y convertirse en un motor que contiene un fuego que crea potencia y nos mueve rápido por el mundo.

Por eso hoy le damos las gracias.

¿Estás bien?

Que Dios los acompañe.

Ahora vayan en paz.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Amén.

Amén.

Muy bien. Bueno. Grandioso.

Grandioso.

Grandioso.

Muy muy bien.

Hizo 1:32.7.

Yo cronometré 1:32.9.

Sr. Ferrari, un Maserati…

Solo por el momento.

¿Cuándo lo recuperamos?

Ahora mismo.

¡Muy bien!

Qué bueno que pudiste venir, Eugenio.

Maneja calmado hasta que los neumáticos se calienten

y entonces acelera.

Lo hará en 1:30 si se lo permites.

Cuida a Cecilia, ¿sí?

Se calentarán en dos vueltas.

Bien.

¿Cecilia Manzini?

Conocí a tu madre.

Un minuto 34.

Lento.

¿Signor Ferrari?

Alfonso de Portago.

Nos vimos en Largo Garibaldi.

Sí, señor, quería presentarme.

Sí, pero la luz se puso en verde.

Ganó el Tour de France con un auto que me compró.

Sí. Ahora quiero ser piloto de escudería.

No necesito otro piloto, de Portago.

De Portago.

Llame a mi oficina el lunes.

Te desperté.

Ya estaba despierta.

¿Desperté al niño?

Permíteme.

No has dicho una palabra.

¿Qué puedo decir?

Los diarios y la radio ya lo dijeron.

¿Ah, sí?

¿El joven Castellotti era tu amigo?

¿O fue culpa tuya? ¿Culpa del auto? ¿Culpa suya?

¿Lo extrañarás?

¿Eso lo resucitará?

¿Por qué me presionas?

¿Por qué crees?

Sé que te importa.

¿A mí? Por favor.

Esta semana hace 24 años

perdí a dos amigos.

Campari y Borzacchini.

En Monza, en autos que yo fabriqué.

En ese entonces me dije: “Enzo, levanta un muro”.

¿O?

O: “Enzo, dedícate a otra cosa”.

“Ferrari es un Saturno industrial que devora a sus propios hijos.

Primero Tornaco y ahora Castellotti”.

Si sigues matando a los héroes nacionales,

tendremos que ir a EE. UU. a vivir entre extranjeros.

Yo no maté a Castellotti.

Ellos te culpan.

No fui yo. En todo caso, lo mató su madre.

Es cierto.

Estaba comprometido con Cecilia Manzini.

Su madre quería casarlo con una de clase social más alta.

Como resultado del peso que ella le puso sobre los hombros, se distrajo,

perdió la concentración, se estrelló y murió.

Culpa a la madre.

Digo que cuando una madre interfiere en este negocio,

normalmente alguien muere.

Llama al banco.

Cancela el sueldo de Castellotti.

Y llama a Chiti.

Necesito un informe del auto para la aseguradora.

Sí, signora.

Ahí está Ferrari.

¿Por qué está sin capota?

No quería mojarla.

Este es del rey Hussein. Mételo.

Que esté seco antes de entregarlo.

Sí, señor commendatore.

Entretén al rey y apresúralos en el taller.

Sí, commendatore.

¿Entonces?

Vas a quebrar. Laura tiene razón.

¿Cómo?

¿Cómo?

Gastas más de lo que ganas. Así.

Las ventas de los autos pagan las carreras.

Gobernaría Portugal con lo que gastas en carreras.

¿Cuántos autos fabricaste el año pasado?

Eh, 140, 150.

Noventa y ocho.

198.

No. Noventa y ocho.

¿Qué hago entonces?

Consigue un socio.

Tengo una socia: mi esposa. Es muy parca con el dinero.

Un socio de verdad.

Como Agnelli de Fiat o Henry Ford. Alguien con capital para invertir.

Imposible. Si invierten, quieren control. Necesito control total.

El socio adecuado ayudaría con la producción

mientras tú te dedicas a las carreras.

Aumenta la producción a 400 autos anuales.

Atrae inversores.

Así podrás negociar.

¿Cómo fabricamos…? Olvida eso. ¿Cómo vendemos 400 autos anuales?

Jaguar obtuvo los primeros tres lugares en Le Mans.

Ahora sus libros de pedidos están al tope. Si ganas el domingo, vendes el lunes.

Ya tienes reyes esperándote.

Jaguar.

Jaguar compite para vender autos. Yo vendo autos para competir.

Somos organismos muy diferentes.

Sobrevive o no serás un organismo.

Hola.

Soy Alfonso de Portago.

Tengo una cita con el Sr. Ferrari.

Siéntese, por favor.

Gana la Mille Miglia, Enzo.

Atrae inversionistas externos o quebrarás.

Sr. Ferrari, él es don Alfonso…

Sí, sé quién es. ¡Cuoghi!

Es el marqués de Portago.

Oiga, Ferrari.

¡Cuoghi!

Otra cosa. ¿Cómo obtuvo Laura el dominio pleno de la fábrica?

Los nazis iban a arrestarme. La puse a su nombre con la mitad de las acciones.

La construimos juntos.

Recupérala.

Si negocias con Agnelli o Ford, debes tener todas las cartas.

Decirlo es fácil.

Ferrari.

Su majestad.

Otra cosa.

Si yo estoy mal, ¿cómo está Maserati?

Peor. Creo que quebrarán en seis meses.

Buscan inversionistas franceses.

Ellos también intentarán ganar la Mille Miglia.

Todos estarán observándola. Solo un equipo ganará.

Asegúrate de que seas tú.

Su alteza.

¿Cuál alteza?

Esa alteza. Usted vaya a la pista.

Su majestad, acompáñeme.

Ojalá las medidas estén bien.

La vez pasada apenas alcanzaba los pedales.

Claro.

Maneja como Varzi.

¿Y bien?

¿Cómo me fue?

Maneja como Varzi.

Será piloto de pruebas y competirá en carretera.

¿En la Mille Miglia?

Manejará un 250.

No es el auto más potente, pero es confiable y toma bien las curvas,

así que espero que gane puntos.

Actrices.

Las admiro, pero que no entren en el parque.

Distraen a los fotógrafos y quiero que se fijen en mis autos. ¿Entendido?

Bien.

Peter.

Atiende al nuevo. Está mojado y tiene hambre.

Hola, Fon. ¿Cómo estás?

Pa. Papá.

¿Qué haces aquí?

Pídele un autógrafo.

¿A Collins?

No, a de Portago.

Está bien.

Me muero de hambre.

Deja de fingir que sabes contar.

Qué gusto verte. ¿Cómo estás? ¿Cómo está tu hijo?

Fon.

Mike Hawthorn, futuro campeón mundial. El famoso von Trips.

Olivier Gendebien, el mejor piloto de autos deportivos del mundo.

Taruffi, el más viejo.

Francamente, el mejor.

Chiti, el mejor ingeniero, pero siempre está ansioso.

Y Scaglietti.

Trabaja en un proyecto tan secreto que nos prohíben hablar de él.

Arrivederci, Maserati.

Dígame, de Portago, ¿qué lo trae por acá cuando todos saben

que el futuro del chasis de motor trasero es inglés?

¿Motor trasero?

Sí.

El buey tira del carro.

Lo que necesitamos es más poder. ¿Oíste, Chiti?

Pero giran rápidamente.

No son veloces en las rectas.

Los ingleses inventaron algo llamado “frenos”. Mi 250 no los tiene.

Bien. Brindemos por de Portago.

Salud.

Por su cabello.

¿No es así?

Fon.

¿Andas corriendo así?

¿De qué te ríes?

Me preguntaba cuándo volverías.

¿Cómo puedo mantenerme lejos de las ciruelas?

¿Dónde está Piero?

Ya viene de la escuela.

Ayer me preguntó algo.

¿Qué?

“¿Soy Piero Lardi o Piero Ferrari?”.

Papá, ¿lo conseguiste?

El autógrafo. No.

Él no…

No le han tomado una foto buena.

¿Cuál autógrafo?

El de de Portago. De España.

Será mi piloto.

Qué bien.

¿Por qué te agrada tanto?

Maneja como Varzi.

Quiero ser piloto, como tú.

No como yo. Yo solo gané unas cuantas carreras.

Esto es mucho mejor.

¿Por qué?

Bien.

Imagina que estás en el motor.

En el colector de admisión.

Aquí. Imagínalo de verdad.

Eres pequeñito.

Como una hormiga. Ahora mira hacia arriba.

Es plateado.

¿Qué ves?

Un túnel grande.

Como una tubería, ¿sí?

Ahora imagina que el agua corre por ahí.

Cuando pega contra esto, ¿qué hace?

Salpica hacia los lados.

Pero si hago que la curva sea más suave,

más resbalosa,

¿qué hace?

Se moverá más rápido.

El combustible y el aire se moverán más rápido.

Un motor solo hace eso.

Mete el combustible,

una chispa lo expande rápido, saca los gases y mete combustible nuevo.

Mientras más rápido lo hagas, más poder hay.

Se ve mejor.

¿Eso crees?

Voy a contarte un secreto.

En todas las cosas de la vida, si algo funciona mejor,

normalmente es más hermoso.

Piero, ve a lavarte.

¿Te quedarás a comer?

Me sentaré con ustedes.

¿Regresarás después?

Depende. Lo intentaré.

¿Depende de qué?

De cómo salgan las cosas con ella.

Soy muy fácil.

¿Qué quieres decir?

Soy muy moderna.

Debería pelear como una italiana normal.

Te prefiero así como eres.

Te creo.

Debería volverme la amante.

“Ay, Enzo, estoy tristísima.

Cómprame un abrigo de piel y un collar de diamantes”.

¡Piero!

Siéntate.

No te preocupes. No planeo cambiar mi forma de ser.

Gracias.

¿Gracias?

Por nada.

No lo hago por ti.

¿Sabes qué es lo más difícil de mi vida contigo?

Nada.

Sí, hay algo.

¿Qué?

No estar aquí.

Vivir conmigo… ¿Cómo dicen en inglés? ¿Es un pedazo de pastel?

“Es pan comido”. Y no lo es.

Gracias, Alda.

Eso es de Cuoghi.

Dice que quebraremos si no encontramos un socio nuevo.

Una empresa grande. Fiat o Ford.

No.

Nunca has tenido jefe. No te gustará.

Para atraer a un socio, debemos expandirnos,

fabricar 400 autos por año.

¿Cómo vendemos 400 autos en un año?

Ganaremos la Mille Miglia y recibiremos órdenes de compra.

Él sabe de derecho de contratos. ¿Qué sabe de carreras?

Mil millas por caminos malos, con borregos y perros.

Todo puede pasar.

¿Qué más?

¿Qué más?

Debes darme el control de tus acciones y el dominio pleno para negociar.

Porque Ford no negocia con mujeres.

No.

Porque si llegamos a un acuerdo, será duro y rápido.

Debo tener todas las cartas en la mano.

Yo tengo la mitad.

Laura.

¿Qué quieres que diga?

¿”Sr. Ford, trato hecho, pero antes debo pedirle permiso a mi esposa”?

Sí, puedes decir eso.

¿Sabes?

Te daré poder notarial sobre mis acciones para que hagas un trato.

Por medio millón de dólares.

¡No tengo medio millón!

Lo tendrás si haces un trato.

Muy bien, te daré un cheque… posfechado.

Posfechado no.

Te daré un cheque si prometes no cobrarlo hasta que el trato esté hecho.

¿Eso es razonable?

¿Es razonable?

Necesitamos esto.

Una condición.

¿Qué?

Devuélveme mi pistola.

¿Qué?

Devuélveme mi pistola.

¿Contrataste a de Portago?

Sí.

Haré un contrato.

Y necesito dinero para Cecilia Manzini.

¿Cuánto dinero?

$25 000.

¿Qué?

¿25 000?

Está quebrada.

Me lo dijo su madre.

¿Su madre?

¿Te acostaste con su madre?

¿Qué?

¿Estás loca?

Quiero 25 000 dólares en efectivo.

Te acostaste con la madre y con la hija.

Es nuestra obligación.

Con ambas.

Obligación. Qué compasivo. Qué solidario.

Mentira.

Mentira, carajo.

¡Sí soy compasivo!

Cinco.

Diez.

Quince millones de liras.

O 25 000 dólares estadounidenses.

Por favor.

¿Cómo lo registro?

Es un legado para la Sra. Manzini para comprar una propiedad.

Tendrá el usufructo, nosotros, el dominio pleno.

El mismo acuerdo que el de Castelvetro.

¿Castelvetro?

Tenemos una propiedad en Castelfranco.

Sí.

Perdón, confundí las ciudades.

También necesito una orden de pago para un piloto nuevo.

Se apellida de Portago.

¿Cómo se deletrea?

D-E

P-O-R-T-A-G-O.

Gracias.

Gracias.

Castelvetro.

Como lo ordene la honorable signora.

Commendatore, la conferencia de prensa.

Sale con Linda Christian, la rubia que lo sigue.

¿Quién?

De Portago.

Tyrone Power dejó a Rita Hayworth por la rubia.

Ella dejó a Tyrone Power por de Portago.

¿Qué lee, commendatore?

“El carrusel de Roma”.

Estos son quienes irán.

Excluiré a di Massimo y a Fusaro. Son los peores.

No.

Quiero que vayan.

¿Qué opinas?

No tiene cenicero.

¿Eres una prima donna?

¿Has intentado echar la ceniza del auto a 200 km/h?

Te ofrezco un auto nuevo superior al Maserati.

Mentira. El Maserati es más rápido y tiene cenicero.

Si le pongo cenicero, ¿lo manejarás en la Mille Miglia?

Bien.

No pidas copiloto.

¿Qué…?

Conoces cada centímetro. Competiste 16 veces.

Se te nota que vas a pedirlo.

Tú no me seduces, guapo maduro.

Que los laven para las fotografías.

¿Cómo se maneja?

Bien.

No es: “¿Cómo almorzaste?”. “Bien”. Quiero detalles.

Háblame de la dirección, la suspensión y la transmisión.

Debe estar al 100 % para la Mille Miglia.

Habla con él.

Anda. Entra.

Bien. Di Massimo.

Signor Ferrari.

No soy un “asesino”.

Fue una expresión.

Commendato…

¡Fuera!

Commendatore.

Fuera.

Fusaro.

Dijiste que era Saturno devorando a sus hijos.

Solo cité al Vaticano, commendatore.

Tú también. Fuera.

Y tú, Moretti.

Me llamaste “fabricante de viudas”, pero Castellotti no era casado.

Fuera.

Cuando ganamos, los traseros de las actrices tapan mis autos en las fotos.

Cuando perdemos, ustedes nos linchan. No.

Hacen llorar al papa.

A continuación,

les presentaré al equipo para la Mille Miglia.

¡Signor Ferrari!

¡Ferrari!

Él es de Portago.

Él remplazará a Castellotti, pero maneja como Varzi.

Fon, ¿es cierto lo de Linda Christian? ¿Es tu novia?

No respondas.

Él es mi viejo amigo Taruffi.

La vez pasada llegó en segundo lugar, esta vez ganará.

Peter Collins. Futuro campeón mundial.

Taffy von Trips. Es un tigre.

Él es Olivier Gendebien, el piloto más veloz de autos deportivos.

Todos juntos.

Sonría. Míreme, señor.

¡Linda!

Linda, mire aquí.

Sonría.

Una foto con el auto.

Linda.

Linda, con el auto.

Rancati, luego hablamos.

Luego hablamos.

Sonría.

Oiga, Linda.

Detente.

Regresa.

Regresa.

A la derecha.

Giuseppe.

Rancati, quiero que me ayude con algo.

Escriba un artículo

en el que diga que se rumora

que hablo con Henry Ford II sobre el futuro de la fábrica.

Al final diga que me preguntó directamente

y que lo negué categóricamente.

¿Y lo niega categóricamente?

Sí, claro. Lo niego categóricamente.

Si escribo ese artículo,

¿tendré la exclusiva de su vida privada?

Sí.

Si promete no publicarla.

Por lo pronto.

Hasta que yo lo autorice.

Está bien. Trato hecho.

LINA LARDI CALLE MARIA BEATRICE D’ESTE

¿Vas a salir hoy?

Sí, con mis amigas.

Está callado.

No le traje el autógrafo de de Portago.

No es por eso.

¿Entonces?

En dos semanas lo confirmarán.

¿Bajo cuál nombre? ¿Piero Lardi o Piero Ferrari?

Cuando tenía diez años, dijimos que lo resolveríamos.

Luego Dino empeoró y él sigue siendo Piero Lardi.

Ya no tengo excusas.

Pospón la confirmación.

Confirmarán a toda su clase.

Di que perdió su fe en Dios.

Enzo.

¿Quién más sabe de él?

Nadie. Excepto el jefe de la policía.

¿El médico?

Pues, sí, el médico.

Y los maestros de Piero.

Los maestros.

Tavoni, Sergio.

Claro, Tavoni.

¿El gerente del banco?

El gerente.

Enzo.

Nadie además de ellos.

Enzo, estamos en Italia. ¿Sí? Toda Módena lo sabe.

Excepto Laura.

Y eso debe seguir así.

Sobre todo, ahora.

Vas a decirme: “Enzo, no seas tan burgués, tan italiano”.

No me hagas sonar como beatnik.

Lees libros franceses.

Lo que hicimos en la guerra, pasó. Y les pasó a muchos.

A veces me arrepiento.

¿Por qué dices eso?

Porque si hace 12 años hubiera sido la que soy ahora,

no habría interferido en el matrimonio de otra.

Y ahora perdió a un hijo.

Pero el presente es lo que es.

Y en nuestro mundo aquí entre Piero, tú y yo,

¿qué es lo mejor para Piero?

¿Quién habla por él?

Tú eres su padre.

¿Cómo resolvemos esto?

No lo sé.

Pero es importante hacerlo.

¿No vienes?

No. Discúlpame con la gente.

¿El dinero para Cecilia?

En un sobre marrón junto a la puerta.

Dicen que estás buscando inversionistas. ¿Fangio te deja sin dinero?

No. La TV hará que nuestro negocio crezca mucho.

Para eso, hay que capitalizarse.

El juego cambiará, Enzo.

Y ese capital externo mágicamente le dará la ventaja a Maserati.

Claro. Después de que ganemos la Mille Miglia.

Estoy embarazada.

Hawthorn en tercero, Fangio y Collins…

¿Dónde están todos?

Les di el día libre.

Con razón siempre te atrasas.

Es domingo. Mis hombres trabajan para ti todos los fines de semana.

Sus hijos no los han visto desde que nacieron.

Qué triste.

Brindo por ti y tu grupo de patanes daltónicos.

De Portago disminuyó la velocidad luego de que frenó demasiado.

La Sra. Vanderbilt y Cooper miran con entusiasmo

cómo Lewis-Evans atraviesa la recta seguido del Ferrari de Musso.

Vanwall va a la cabeza con un promedio de 193 km/h.

Musso hace que los neumáticos echen humo al esforzarse al máximo

para cerrar la brecha.

Nos avisan que hubo un choque entre BRM y Cooper-Climax.

Hay mucho humo y es muy difícil…

¿Qué pasó?

Ay, no.

¿Servirá?

Esto es malo.

Malo. Muy malo.

Faltan tres vueltas. Fangio y Musso a la cabeza, luego Behra y de Portago.

Intenta todo para cerrar la brecha.

¡De Portago frena primero!

Llama a de Portago.

Rápido.

Fon.

¿Qué?

Fuera.

¿Qué?

¡Fuera! Peter tomará tu lugar.

Gracias, amigo.

¡Vamos!

¿Qué pasó?

Podía ganarle.

No están comprometidos.

Miren al equipo Maserati.

Fangio.

Behra.

Stirling Moss.

Profesionales decididos.

Son hombres que tienen una determinación brutal para ganar.

Tienen un vacío cruel en el estómago.

Indiferencia.

Le tienen lealtad a una cosa. No al equipo.

Lealtad a su deseo por ganar.

Llueve. El aceite hace resbalosa la pista. El auto es difícil de controlar.

¿Ellos flaquean? No.

Los de mi equipo.

¿Son valientes y diestros? Sí. Recientemente fueron estudiantes.

Son aristócratas salidos del Almanaque de Gotha.

Son deportistas caballerosos. Qué bien.

En Nouveau Monde, para la curva luego de la recta solo hay una línea.

Behra está a tu lado, te desafía.

Van parejos.

Pero dos objetos no pueden ocupar el mismo espacio al mismo tiempo.

Behra no desacelera.

La curva viene rápido.

Quizá tienes una crisis de identidad: “¿Soy un buen deportista o soy un rival?

¿Qué dirán los franceses si hago chocar a Behra contra un árbol?”.

Desaceleras y él avanza.

Él ganó y tú perdiste.

Porque en ese momento Behra pensó: “Al carajo, muramos”.

Créanme, todos somos pilotos o lo fuimos.

Nos decimos: “Eso nunca me pasará”.

Luego muere mi amigo y el lunes dejo las carreras para siempre.

El domingo siguiente regreso.

Es una pasión mortal.

Un placer terrible.

Pero si vas a pilotear uno de mis autos y nadie te obliga a sentarte ahí,

lo haces para ganar.

Frenen después.

Róbenles la línea.

Oblíguenlos a equivocarse.

Le habría ganado.

A Behra.

Cambiaré la alineación de la Miglia. Olivier y tú intercambiarán autos.

Él manejará el cupé y tú tomarás uno de los 335.

Me dará uno de los autos más poderosos.

Pongámoslo de otra manera: le daré a Olivier un cupé más ágil.

¿No se molestará?

Claro, pero igual él ganará.

Este es el poder notarial.

El Sr. Ferrari solicitó que ponga su nombre.

Y el cheque

por 500 000 dólares.

No está firmado.

Acepté firmar estos afidávits

a cambio de que me diera el cheque.

Seguro fue un descuido.

Mentira, Cosetti.

Váyase, por favor.

Deme una pluma.

Excelente.

Guardaré los documentos hasta que firme el cheque.

Y…

quiero información sobre pagos especiales hechos por la fábrica el año pasado.

¿A quién?

Lina Lardi.

Lina Lardi.

Quiero saber por cuánto son.

Quiero saber cuándo empezaron.

¿Sí?

Enzo.

Lina Lardi.

¿Qué significa ese nombre para ti?

¿El niño es tuyo?

Sí.

Tengo que pensar.

Se enteró.

¿Del niño?

De él también.

¿Qué opinas?

Se mearán cuando lo vean por el espejo retrovisor.

Y cuando los adelanten,

verán el trasero de una escultura de Canova.

¿Qué hago?

¿Qué quieres hacer?

Quiero dejarla.

Pues déjala.

¿Ves a esa paloma?

Le dejé la puerta abierta, pero no quiere salir.

Olvidó lo que es la libertad.

Si se va, terminarán comiéndosela.

Dile a Laura que deberían vivir separados,

que vas a vivir con Lina y que vas a reconocer al niño.

Es lo que todos opinan.

No me importan los demás. ¿Qué opinas tú?

En tu nómina hay mucha gente que tiene familia.

Ferrari necesita continuidad para seguir siendo Ferrari.

Tenemos historia.

Paloma, quédate ahí o morirás.

¿Todos en Emilia lo sabían menos yo?

Supuse que te partiría el corazón.

El corazón me lo partiste hace años.

¿Cuándo empezó?

En la guerra.

Bombardearon la fábrica dos veces.

Comenzó en el peor momento. Ella trabajaba en Carrozzeria Orlandi.

Dino y tú estaban en las colinas. Se embarazó en Navidad.

Compré Castelvetro y se fue a vivir ahí.

¿Es diferente de las otras?

La amé.

Y todavía la amo.

Me encuentro compartiendo toda mi vida

con una mujer que no conozco.

Eres una vergüenza.

Esto pasó mientras Dino estaba enfermo.

Mientras moría.

¿Cómo dices eso?

¿Ese niño va a heredar nuestra fábrica, nuestro apellido?

No quiero eso. Tenemos un hijo.

Un hijo, dos hijos.

Cinco hijos.

¿Extraño a Dino menos?

A diario lo veo en el cementerio.

El hospital donde murió tiene su nombre.

Construí una escuela en su honor.

¿Honor? ¿A quién le importa eso?

¡Tenías que salvarlo!

¿Me culpas por su muerte?

¡Sí!

¡Sí, porque me prometiste que no moriría!

Todo. Hice todo.

Tablas con información calórica.

Qué entraba y qué salía.

Esquematicé los grados de albuminuria, los grados de azoemia.

¡Diuresis!

¡Sé más de nefritis y de distrofia que de autos!

Sí, te culpo. Te culpo porque tú lo dejaste morir.

¡Fui un iluso!

¡Soy el gran ingeniero!

“Le devolveré la salud a mi hijo”.

Médicos suizos, médicos italianos. Mentira. Yo no podía.

¡No lo hice!

Encontraste tanto consuelo en Castelvetro que te distrajiste.

¡Tenías otro hijo que crecía fuerte mientras Dino se debilitaba!

¿Qué tienes en la mente? Se enfermó.

Distrofia. ¡Riñones!

¡Eso lo destruyó!

Nos destruyó.

¿Qué te importa? ¡Tienes otro hijo, otra esposa!

Ella no es mi esposa. Pero él sí es mi hijo.

Múdate.

Estos documentos te dan el poder de negociar en mi nombre.

Hay un problema con tu cheque. Se te olvidó ponerle tu nombre.

Somos socios.

Este cheque podría destruirnos.

Si lo cobras antes de que cierre el trato, Ferrari dejará de existir.

Correcto.

Está hecho.

Ella se enteró.

Se mudarán a Módena.

¿Qué?

¿Por qué no?

Yo vivo en Módena.

Esto no se trata de mí, sino de Piero.

¿Él se esconderá?

¿Bajo qué nombre?

¿Ella sabe que es nuestro hijo?

Ella sabe que es mi hijo.

Pero no se resolvió nada.

Sí.

Oye, papá.

El autógrafo de de Portago.

Regresa a la cama.

Papá.

Ferrari.

Ferrari.

Sr. Ferrari.

Commendatore Ferrari.

¡Sr. Ferrari!

MIL MILLAS COPA FRANCO MAZZOTTI

¡Ferrari!

Llegó.

Peter.

¿Cómo estás?

Aquí vamos. Ven. Sígueme.

Él es Peter Collins.

Muy bien.

Vamos.

Él es mi nuevo amigo y piloto, de Portago.

Bien.

Buena suerte.

Buenas tardes, commendatore.

Registros y licencias.

Buenas tardes.

Buenas tardes, Orsi.

Buenas tardes, Ferrari.

Inscribiré cinco autos.

Collins, Taruffi, de Portago, von Trips y Gendebien.

¿Ajustas la mezcla?

Sí, por la humedad.

No duerman. Mucho menos tú.

Buenas noches, commendatore.

Hola, amigo.

…auto de carreras pequeño.

Les pintaron la hora de salida.

Los jueces estarán en Rávena.

Bien.

Que los muestren en los controles o los descalificarán.

Qué honor tener a mi lado al dueño de Maserati,

el cavaliere Adolfo Orsi.

Tengo instrucciones de último minuto.

Recarga de combustible.

Que los mecánicos pongan la gasolina en los tanques, no sobre los pilotos.

Y menos sobre Taruffi. No quiero que se queme.

RÁVENA

Le escribiré a Linda. ¿Qué le digo?

No lo sé.

Querida Louise: Escribo lo mismo antes de cada carrera.

No estoy preocupado por mí, como siempre.

Mi único temor es que me necesitarás y ya no estaré.

Si algo improbable como eso pasara, debes saber que tendrás mi amor eterno.

Recuerda lo que te dije.

Ponte detrás de Taruffi y Collins.

¿Sí? Ellos conocen el camino.

Si llegas con ellos a Bolonia, tendrás oportunidad de ganar.

Y una última cosa.

¿Puedes autografiar esto?

Es para un jovencito muy muy especial.

¿Cómo se llama?

Piero.

¡Piero!

P-I-E-R-O.

Si Moss y Behra intentan adelantarte, déjalos pasar.

Tu trabajo es terminar sano y salvo.

Nos vemos en Bolonia.

Buena suerte.

¿Listo? Adelante.

Buenos días, Peter.

Será una buena.

Este auto puede ganar.

Después de las montañas tendrás la ventaja.

A partir de ahí, ganarán tú o de Portago, ¿entiendes?

¿Olvidas a Moss y a Behra?

Los perros y los niños son el verdadero peligro.

Muy bien.

Ten.

Sí.

Puedes ganar, Taruffi, si no mueres por tanto fumar.

¿Y el clima en el paso de Futa?

Es bueno. Quizá llueva. Escúchame, necesitas ganar.

¿Cómo les dirás a tus nietos

que ganaste todos los trofeos europeos menos el de Brescia?

Que no falle el apoyo. Nada de errores. Sobre todo al cargar combustible.

Muy bien. Así se habla.

¿Listo, Stirling?

Sí.

Toma la delantera de inmediato y mantente a la cabeza.

Claro.

Grandioso.

Jean, quédate detrás de los Ferraris.

Espera.

Algunos se eliminarán solos.

Y ataca antes de Bolonia.

¿Está bien?

Sí.

Qué gusto verlo.

Para variar, no se quejó.

¿Conoces el camino?

No muy bien.

Bien, veamos qué puede hacer.

Déjalo pasar, Fon.

No tenemos frenos. Se rompió el pedal.

Llevémoslo a casa.

El primer auto en llegar a Rávena fue el Ferrari de Peter Collins

y un Fiat 500 cronometrado a 225 km/h en el tramo final.

Magi, habla Ferrari.

Moss quedó fuera.

Por aquí. Derecho.

¿Qué sigue?

¿Commendatore?

El avvocato Agnelli al teléfono.

Bien.

Siéntense, señores. Discúlpenme.

Avvocato.

Discúlpeme por llamar a la mitad de la carrera, Ferrari.

Pero tengo un artículo de Rancati muy perturbador.

Avvocato, es ficción.

No tengo ni idea de dónde sacan sus historias.

Esto es importante. Ferrari no puede ser de extranjeros. Es un tesoro nacional.

“Una joya en la corona de Italia”.

Exacto.

¿Y por qué la joya tiene que escatimar para poder competir?

Si está tan mal, ¿por qué no me llamó?

Llamé y usted dijo que no.

Imposible. ¿Cuándo fue eso?

1917.

Basta.

Usted era un chiquillo.

Tenía 19 años y necesitaba empleo.

Una secretaria volvió con una tarjeta con una palabra: “No”.

Eso fue hace mucho. En los negocios, cada día es un día nuevo.

La personalidad de Fiat es atemporal.

Me haría una oferta con condiciones.

No es cierto.

Mis jefes serían contadores.

Deberíamos hablar.

Si busca asistencia financiera, hable conmigo, por favor.

No con Ford.

Ahora está ocupado.

Llámeme después de la Mille Miglia.

Lo llamaré mañana temprano.

Muy bien.

¿Ya?

Cambia neumáticos en Bolonia.

Yo les avisaré.

Hola.

Hola.

Veme en Brescia.

No puedo. Tengo prueba de cámara.

Voy a ganar.

Quiero que estés ahí.

¿Tomaste un atajo?

Sí.

Sube.

Hola.

Sus llaves.

Grazie.

Buongiorno.

¿Cuánto tiempo tienes?

Llegan como en una hora.

Cerca de las 2:30.

¿Todo bien?

No. La transmisión falló.

No sé si es la marcha o el eje trasero, pero el auto está fallando.

¿Quién viene detrás de mí?

Todos. Vas a la cabeza.

¿Y Moss?

Quedó fuera.

¿Cuándo?

Antes de Padua.

¿Por qué no me lo dijiste?

Moss era quien me preocupaba.

Pues ya jodí la maldita transmisión, ¿no?

Chico, ¿quieres el plátano de Collins?

Peter, tú puedes. Maneja con cuidado.

Muchas gracias. Buena suerte.

Gracias.

Taruffi, te di un auto nuevo y míralo.

El eje trasero se dobló.

Solo funcionan primera, tercera y cuarta.

¿Qué pasó?

Me salí del camino en el paso de Futa.

Eres el pasajero en un Ferrari. Debiste caminar.

Si lo…

No creo que pueda llegar.

Si lo dañas más, Taruffi, tú pagarás.

Commendatore, Maserati está eliminado.

Ahora el peligro es destruir los autos.

Dígales que mantengan sus posiciones.

Es inútil. No lo harán.

¿Algún problema, Olivier? Vas a la cabeza.

Voy a ganar.

Bien. Sí puedes.

Fallaron el eje trasero de Collins y la transmisión de Taffy.

Taruffi perdió una velocidad.

¿Está entre de Portago y yo?

Sí. Bien. Andando. Vete.

Si seguimos a este paso…

El futuro de la fábrica…

Se basa en las carreras. Son pilotos.

Puedo terminar.

Más te vale, anciano.

Sé de los primeros tres o tu esposa no te hablará

y tus hijos tampoco. ¡Ve a ganar!

¿Cómo está Behra?

Está bien.

Me presionó.

Él frena, lo adelantas. Tú frenas, él te adelanta. O nadie frena.

¿Qué hacen?

Neumáticos nuevos.

No hay tiempo. Revisen la presión.

Revísalos.

¿Revisaste el izquierdo?

Sí. Está bien.

Perdemos el tiempo, Ferrari.

Chiti, el izquierdo.

Están bien.

¡Chiti!

Están gastados.

¿Llegamos a Brescia?

¿Llegamos a Brescia?

¡Vamos! ¡Rápido!

¡Laura! ¡Signora!

Laura, por favor.

Laura, por favor. Por favor.

¿Laura, por favor?

Por favor, Laura. Otra, por favor. ¡Laura!

Lo último de la Mille Miglia.

Deben tener mucha curiosidad por saber quién terminó en la gloria.

Oigamos al Sr. Ferrari…

Sr. Ferrari, ¿quién ganará?

Cualquiera de los primeros cinco.

¿Qué opina del 250 de Gendebien?

Demuestra que el Ferrari más pequeño puede competir en el nivel más alto.

¿Puede ganar?

Sí. Nadie quiere ser el segundo.

¿Sabías de ella y no me lo dijiste?

Él tiene derecho a un heredero.

Yo le di uno.

Resulta que uno no fue suficiente.

¡Le di uno!

Edoardo.

Edoardo.

Edoardo, ve a lavarte las manos.

¡Ya vienen!

Creo que esos autos lo enloquecen.

Solo piensa en autos.

Peter, hola.

¿Dónde está Fon?

No lo sé. Iba detrás de mí hasta que mi auto se averió.

Debe andar por aquí.

¿Commendatore?

Maresciallo, vinimos por el auto.

¿De Portago?

Se lo llevaron.

¿Hola?

¿Piero?

Sí.

Habla Enzo.

Hablo para felicitarte.

Lo que pasó no se relaciona con tu victoria.

Pasará a la historia.

Commendatore…

Buenas noches, Piero.

Nuevamente, felicidades.

Viene la policía de Roma.

Quieren el auto.

No lo sé. No sé cuándo. Lo lamento.

Le diré que llamó.

No puede tomar su llamada.

Lo lamento. Está ocupado.

El Sr. Ferrari no puede responder preguntas ahora.

Commendatore.

Este neumático golpeó un bordillo o una piedra. Algo sólido que lo cortó.

No estaba defectuoso.

Lina me llamó.

Quiere que te lleve con ella.

¿Qué pasó?

Sabemos que la muerte está cerca.

No.

No. Los niños no lo saben.

Ni las familias.

Hablaré con los buitres. ¿Y me llevas a casa?

Tavoni. Tommaso.

Enzo.

Laura cobró el cheque.

¿Por qué usa neumáticos de baja calidad?

¿Se da cuenta de que su negligencia les costó la vida

a nueve personas, entre ellas, a cinco niños?

¿Cómo responderá a las acusaciones?

¿Cómo justificará las muertes?

¿Vamos a Castelvetro?

No.

A Largo Garibaldi.

Llama a Lina.

Dile que la llamo quizá mañana. Tengo asuntos pendientes.

¿Se da cuenta de que su negligencia les costó la vida…?

¡Si Italia busca un chivo expiatorio, entonces aquí estoy!

¿Sin luces?

Me duele la cabeza.

El teléfono no ha parado de sonar. Lo descolgué.

Tienes problemas graves por los neumáticos.

La prensa compite para vilipendiarte.

No fueron los neumáticos. Él golpeó algo. ¿Hablaste con alguien?

Con Ugolini del Gazette.

¿Qué le dijiste?

Que se jodiera.

Llamó el de Autosport. Le dije que se jodiera.

Luego Agnelli.

¿Agnelli?

Le dije

que volviera a llamar.

¿Alguien más?

Cuoghi.

Le dije que se jodiera

y luego descolgué.

Genial.

Mamá, ¿qué haces?

Ya empaqué. ¿Cuándo nos vamos?

No nos vamos. Vuelve a la cama.

Así nos castiga Dios.

¿Nos?

¿Crees que Dios mató a nueve personas en Guidizzolo

para vengarse de nosotros?

Recibí un mensaje del banco. Cobraste el cheque.

Llamarán a expertos en insolvencia. Estamos acabados.

El banco se pone histérico por nada.

¿Por nada? Nos quebraste.

Enzo, basta.

¿Crees que hablar así te ayuda? “Soy un chivo expiatorio. Soy un mártir”.

¿En quién te convertiste? ¿En San Sebastián?

¿Dejas que te disparen flechas al trasero?

Ve y dales una paliza.

A los escritores. Son gacetilleros de segunda.

Amenázalos. Extorsiónalos.

Y a los que queden en pie,

a los más santurrones e hipócritas,

a esos les das sobres marrones.

Y entonces ellos también descubrirán

que: “Quizá calumniaron injustamente al Sabio de Maranello.

Quizá la distinguida prensa italiana debería afianzar la moderación”.

Para eso necesitas efectivo.

¿Pensaste que haría una maleta y me iría?

Lo pensé.

Yo también lo pensé.

¿Financiarás esto?

No. Es un préstamo.

¿Y las condiciones?

No hay condiciones.

No hay condiciones.

Una parte de ti estaba en Dino.

Tu calidez. Tu ingenio.

Tu alegría.

Él tenía eso.

Eso me diste en nuestros primeros años.

Pero luego de un tiempo, solo me dabas lo que te quedaba luego de pelear en la fábrica.

La ambición, la motivación, las conspiraciones, la paranoia.

Hasta en el sexo. Como si eso pudiera salvar a Dino.

Lo que amaba de ti también lo encontré en él.

Todo se perdió.

Toma el dinero sin condiciones.

Pero hay algo que deseo, por el dolor que siento por nuestro hijo, por los años que trabajamos en esto.

No le darás al niño el apellido Ferrari mientras yo esté viva.

¿Cómo llegaste aquí?

Vine con Giuseppe.

¿Giuseppe?

Tu madre lo envió porque quiere que vaya a casa.

¿Habías venido aquí?

No.

¿Sabes algo?

Tu madre y tú

irán a vivir conmigo a Módena.

Papá, ¿ahí la recepción de la TV es mejor?

Mucho mejor.

Ves la torre desde mi ventana.

¿De Portago te dio su autógrafo?

Sí.

Ven.

Te presentaré a tu hermano Dino.

Ojalá lo hubieras conocido.

Él te habría llevado a todos lados.

PIERO ESTUDIÓ INGENIERÍA

ENZO LO LLEVÓ A LA DIVISIÓN COMPETITIVA A LOS 19 AÑOS

A FERRARI LO DECLARARON INOCENTE DEL ACCIDENTE EN GUIDIZZOLO

LAURA MURIÓ EN 1978

ENZO Y LINA VIVIERON JUNTOS EN MÓDENA LOS AÑOS SIGUIENTES

PIERO FERRARI ES VICEPRESIDENTE DE FERRARI S.p.A.

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